La bruja necesita conejillos de indias para probar sus nuevas pociones y nosotros, sus leales esbirros goblins, hemos sido designados como voluntarios forzosos para esta ocasión.
No es tan terrible como parece; vale, puede que algunas pociones tengan un efecto mortal,
pero la jefa, siempre generosa, ha prometido que uno de nosotros saldrá ileso, como premio
por su astucia, por su instinto y porque alguien tendrá que limpiarlo todo al final.